Memorias de mis padres (1/3) por Ren Zhengfei.

por Ren Zhengfei
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El último día del siglo XX tuve un fuerte deseo de volar a Kunming para ver a mi madre. Estaba en Pekín, cumpliendo un compromiso oficial, compré un boleto de avión, pero decidí no avisar que volvía a casa, para no darle molestias, solamente cuando estuve a punto de despegar, le llamé por teléfono para avisarle que iba a casa.
Le pedí que no me recogiera en el aeropuerto y le aseguré que yo podría llegar a casa en taxi, también preferí no le dijera a nadie, porque mi deseo era estar con ella durante mi corta esencia. Solía ir a casa una vez al año, pero me resultaba decepcionante no tener tiempo suficiente para estar con mis padres. Los múltiples compromisos laborales que solía tener en mi agenda, apenas me permitían tiempo suficiente para despedirme de mis padres. Ellos, sensibles a la situación, solían decirme: “Tienes tantas cosas qué hacer. El trabajo es importante, debes seguir adelante y no preocuparte por nosotros.
En esta ocasión permanecí en casa con mi madre por un día, ya que tenía programado regresar a Pekín el 3 de enero de 2001, para acompañar al Sr. Hu Jintao, Vicepresidente de la República Popular China, en una visita oficial en el extranjero. A cambio, le prometí a mi madre que no trabajaría durante el próximo Festival de Primavera y que estaría con ella y mis hermanos en Hainan para tener unas vacaciones especiales.
Siempre que había un largo festival chino o un feriado, aprovechaba la oportunidad para ir al extranjero en un viaje de negocios, ya que nuestras sucursales en el extranjero no celebraban tal ocasión y podía trabajar más durante mis vacaciones. Pero esta vez, cuando estaba con mi madre, me di cuenta de lo mucho que necesitaba de mi compañía. Había pasado tan poco tiempo con mis padres a lo largo de mi vida. Me sentía culpable y arrepentido. Sí, debería pasar más tiempo con mi madre en los próximos días.
A pesar de los múltiples ofrecimientos de varias agencias de turismo para realizar arreglos meticulosos para la celebración de los días festivos en Hainan con mi familia, en esta ocasión respondí que prefería simplemente sentarnos en la playa hablando y pasando buenos momentos.
Tan pronto como terminó la visita oficial, un 8 de enero, recibí una llamada telefónica para decirme que mi madre tuvo un terrible accidente alrededor de las 10 de la mañana de ese mismo día. Ella estaba saliendo de un supermercado verde cuando un auto que avanzaba rápidamente la golpeó, resultando faltamente herida. Esta noticia, me golpeó como un rayo y estaba muy ansioso, pero dado que las telecomunicaciones no eran tan buenas, perdí el contacto con mi familia.
Sin dudarlo, emprendí el regreso a casa, pero tuve que hacer escalas, esperar por el vuelo. Recuerdo que llovía mucho y el vuelo terminó retrasándose dos horas, provocando que perdiera mi vuelo de conexión, por lo que cuando logré llegar a casa, ya era bastante tarde. Mi madre se encontraba en una condición crítica, le costaba respirar y su corazón se mantenía por las instalaciones de primeros auxilios. Nunca antes había estado tan serena y libre de preocupaciones o ansiedad.
El 7 de enero, el Vicepresidente, Hu Jintao, se reunió con ocho de nuestros acompañantes, todos eran empresarios. Cuando era mi turno de hablar, le di una sesión informativa de nuestra compañía en dos o tres minutos. Cuando el Vicepresidente, Hu Jintao, supo que yo era de Huawei Technologies Co., Ltd., señaló que Huawei era una de las cuatro compañías de alta tecnología más influyentes en China. Debí haber llamado a mi madre y compartirle que nuestros líderes gubernamentales estaban muy familiarizados con nosotros, ella seguramente se habría sentido orgullosa de su hijo. Debido a la diferencia horaria, no pude llamarla hasta la madrugada del 8 de enero, sin embargo, no la llamé. Si la hubiera llamado y le hubiera impedido salir por unos minutos, podría haber evitado el desastre cuando regresaba de la tienda. Me sentí muy arrepentido. Mis sentimientos están más allá de toda descripción.
El día de Año Nuevo, le conté a mi madre que durante un viaje a África, el vice primer ministro, Wu Bangguo, tuvo una conversación de 30 minutos conmigo. Resultó que fui elegido como séquito por el mismo vice primer ministro. Tenía tres objetivos en mente: en primer lugar, quería mostrar su aprecio por los logros exitosos de Huawei Technologies Co., Ltd. y le gustaría crear una oportunidad para que me reuniera con los ministros relevantes del gobierno para que ellos pudieran tener una oportunidad de comprender mejor nuestra empresa; en segundo lugar, le gustaría saber más sobre el mecanismo operativo de nuestra compañía y ver si nuestra experiencia se aplicaría a otras empresas similares, y en tercer lugar, quería saber si el gobierno central podría hacer algo para apoyar nuestros esfuerzos para abrir nuestro mercado internacional. Al enterarse de todo esto, mi madre se entusiasmó y me dijo de manera alentadora: "es bueno que el gobierno tenga tanta confianza en tu empresa. Mientras te esfuerces por lograr más éxitos, todo estará bien".
En los últimos años, mi madre había oído algunos comentarios negativos sobre nuestra empresa realizados por los medios de comunicación, lo que le provocaron una preocupación sobre el futuro, le dije que la mayoría de estos, no eran certeros. En el año 2000 logramos 2,000 millones de yuanes y más por impuestos y para el 2001 nos esforzaríamos por más de 4,000 millones de yuanes como nuestro pago de impuestos.Mi madre se sintió muy aliviada después. Estaba de buen humor ese día y se ofreció a llevarme a una breve excursión en los suburbios. En nuestro camino de regreso, vi algunas peras muy buenas y frescas en venta al lado de la carretera y quise comprar algunas. Mi madre me detuvo y no me dejó bajarme del auto. Compramos bastantes peras por cuatro yuanes el kilo. Más tarde, mi cuñado me contó por qué mi madre me había impedido bajarme del automóvil: temía que pudiera gastar mi dinero demasiado generosamente sin lograr un buen trato. Mis padres habían sido ahorrativos a lo largo de sus vidas y nos habían estado enseñando a ser así con su propia conducta. Personalmente, he heredado de ellos la buena calidad de ser estricto conmigo mismo y de comportarme generosamente con los demás.
Mi madre falleció poco después que logré llegar a casa. Me recordó la trágica muerte de mi padre. Ahora había perdido a mis dos padres. Ambos dedicaron toda su vida a la educación, les complacía mucho enseñar y educar a los niños. Mi padre formó a numerosos estudiantes, algunos de los cuales más tarde se convirtieron en cuadros de alto rango o líderes principales de las universidades importantes de la nación. Mi padre, sin embargo, siguió siendo un humilde maestro de escuela toda su vida.
Mi padre demostró ser un estudiante revolucionario. Tomó parte activa en varios tipos de actividades revolucionarias y, cuando los invasores japoneses se desenfrenaban en China, se involucró en la lucha antijaponesa y se convirtió en miembro activo de la Liga de la Juventud Comunista. Cuando mis abuelos fallecieron uno tras otro y mi padre tuvo que abandonar sus estudios antes de poder graduarse de la universidad. En el momento en que el Kuomintang y el Partido Comunista Chino se unieron en la lucha contra los agresores japoneses, mi padre fue a Guangzhou y, con la ayuda de uno de sus amigos, consiguió un trabajo como contador en una fábrica de municiones. Más tarde, la fábrica se trasladó primero a Rongshui, ahí él y varios de sus amigos abrieron una librería, propagando ideas revolucionarias mediante la venta de libros progresistas.
Mientras tanto, organizaron el curso de estudio "El 7 de julio" en memoria del histórico "Incidente del 7 de julio". Luego, varias docenas de participantes del curso de estudio se unieron al ejército revolucionario y muchos de ellos se convirtieron en líderes gubernamentales de alto rango después de la liberación. Después de distintos acontecimientos y cuando era necesario volver a escribir la historia de ciertos eventos históricos que habían tenido lugar en Rongshui, mi padre fue invitado a participar como testigo ocular.
Sin embargo, hay "un área gris", por así decirlo, en la historia de la carrera de mi padre. Por un lado, trabajó en una fábrica de municiones que pertenecía al Kuomintang, y por otro, demostró ser un ardiente luchador contra los agresores japoneses y propagó con entusiasmo las ideas revolucionarias. Era un partidario militante del Partido Comunista y, sin embargo, nunca trató de ponerse en contacto con los trabajadores clandestinos del Partido Comunista. Entonces evaluar su posición política se convirtió en un problema.
Naturalmente, durante la "Revolución Cultural", cuando el blanco y el negro se confundieron seriamente, se sospechó que era un "elemento oculto contrarrevolucionario". Así, pasó por una terrible experiencia tanto física como psicológica. Ahora, mirando hacia atrás, nadie creería que un maestro de escuela media común y devoto en un área rural remota, podría haber hecho ningún daño a la seguridad del país. Si bien hizo algo mal, debería haber sido educado en lugar de ser torturado.
Mi madre apenas tenía una educación secundaria. A lo largo de su vida, ella siguió siendo la fiel compañera de mi padre. Pasó por todo tipo de dificultades e hizo todo lo posible para proteger a mi padre. Era una profesora muy trabajadora, que después de la escuela tenía que asumir la responsabilidad de cuidar de nosotros: siete hijos, cocinar, lavar y hacer todo tipo de tareas domésticas para toda la familia. También trató de encontrar tiempo para realizar estudios autodidactas con el fin de mejorar su rendimiento docente constantemente. Finalmente, obtuvo el título de Maestra Senior. Muchos de sus estudiantes más tarde se convirtieron en cuadros importantes en órganos gubernamentales de varios niveles.
A diferencia de los trabajadores y los campesinos, mis padres no pertenecían al proletariado por nacimiento, aunque se unieron a las filas revolucionarias bastante temprano. Por lo tanto, no había sido fácil para ellos ser aceptados y confiados. Habían participado en varias actividades, algunas de las cuales se llevaron a cabo en un contexto bastante complicado. Mi madre, por ejemplo, fue miembro de un grupo de cantantes durante la guerra antijaponesa.
La historia personal de uno se hizo así mucho más complicada y sospechosa. Durante los muchos movimientos políticos que sacudieron a todo el país, mis padres tuvieron que hacer confesiones una y otra vez sobre cada uno de los detalles de sus historias personales. Abiertos y superiores, se mantuvieron fieles al Partido Comunista y confiaron en el liderazgo del gobierno. No fueron grandes revolucionarios, pero amaban a la gente y demostraron ser muy leales al Partido Comunista. En aquellos días en que la mayoría de las personas se mantenían en la oscuridad acerca de las políticas del gobierno central, la gente común podía estar muy mal informada.
No hace falta decir que cualquier desobediencia para un miembro individual del Partido se consideraría como un gran crimen contra el Partido en su conjunto. Bajo tales circunstancias, mis padres permanecieron tímidos y cautelosos en cualquier asunto con el que tenían que lidiar. Mientras tanto, simplemente se enterraban en su trabajo y podían encontrar poco tiempo para atender las necesidades de los niños. Su lealtad al Partido Comunista y al gobierno fue probada por la historia.
Hoy, siempre que recuerdo mi historia familiar, no puedo evitar sentirme arrepentido, porque he estado trabajando mucho y no pude pasar más tiempo con mis padres queridos. No les mostré suficiente respeto filial. Ahora que se han ido, no puedo hacer nada más que arrepentirme.
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