Presidente rotativo de Huawei, Guo Ping: Los ataques estadounidenses a Huawei denotan su temor a quedarse atrás

La proliferación de nuestra tecnología obstaculiza los esfuerzos estadounidenses para espiar a quien quiera

Como máximo ejecutivo de Huawei, me suelen preguntar por qué Estados Unidos ha lanzado un ataque a gran escala contra nosotros. Los estadounidenses nos han acusado de robar tecnología y violar las sanciones comerciales, y nos han bloqueado en gran medida para hacer negocios allí. El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, ha hablado recientemente con la OTAN sobre la amenaza que representa Huawei, y Mike Pompeo, secretario de estado, ha advertido a los aliados de que el uso de nuestros equipos de telecomunicaciones haría más difícil para los Estados Unidos relacionarse con ellos.

En el Mobile World Congress, la feria comercial más grande del sector, una delegación de Estados Unidos, que incluye a Ajit Pai, presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones​ (Federal Communications Commission, FCC), repitió la petición de mantener a Huawei fuera de las redes globales 5G.

Washington ha difamado a Huawei durante años. Un informe de 2012 del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes (House Intelligence Committee) nos ha etiquetado como una amenaza. Pero, hasta hace poco, estos ataques estaban relativamente silenciados. Ahora que Estados Unidos ha sacado la artillería pesada y ha descrito a Huawei como una amenaza para la civilización occidental, debemos preguntarnos por qué.

Creo que la respuesta está en los documentos ultrasecretos de la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) filtrados por Edward Snowden en 2013. La NSA, creada en 1952, supervisa las comunicaciones electrónicas, como los correos electrónicos y las llamadas telefónicas, para fines de inteligencia y contrainteligencia.

Las filtraciones de Snowden han dado a conocer cómo los líderes de la NSA estaban tratando de “recopilarlo todo”, cada comunicación electrónica enviada o llamada telefónica hecha por cada una de las personas del mundo, todos los días. Esos documentos también han demostrado que la NSA mantiene “alianzas corporativas” con las empresas de tecnología y telecomunicaciones de los Estados Unidos que permiten a la agencia tener acceso a cables de fibra óptica, switches o routers internacionales de alta capacidad en todo el mundo.

Huawei opera en más de 170 países y obtiene la mitad de sus ingresos en el extranjero, pero su sede central está en China. Esto reduce significativamente las probabilidades de una “alianza corporativa”. Si la NSA quiere modificar los routers o los switches con el fin de espiar, es poco probable que una empresa china coopere. Esta es una de las razones por las que la NSA ha hackeado los servidores de Huawei. En un documento de la NSA con fecha de 2010 aparece la siguiente declaración: “Muchos de nuestros objetivos se comunican a través de productos fabricados por Huawei; queremos asegurarnos de que sabemos cómo sacar partido a estos productos”.

Claramente, cuanto más se instalen los equipos de Huawei en las redes de telecomunicaciones del mundo, más difícil será que la NSA lo “recopile todo”. En otras palabras, Huawei obstaculiza los esfuerzos estadounidenses para espiar a quien quiera. Este es el primer motivo de la campaña contra nosotros.

El segundo motivo tiene que ver con la tecnología 5G. Esta última generación de tecnología móvil proporcionará conexiones de datos para todo, desde fábricas inteligentes hasta redes eléctricas. Huawei ha invertido fuertemente en la investigación de la tecnología 5G durante los últimos 10 años, lo que nos ha situado aproximadamente un año por delante de nuestros competidores. Eso nos hace atractivos para los países que se están preparando para actualizar sus redes a 5G en los próximos meses.

Si Estados Unidos logra mantener a Huawei fuera de las redes 5G del mundo al describirnos como una amenaza para la seguridad, podrá conservar su capacidad de espiar a quien quiera. Estados Unidos también se beneficia directamente si puede aplastar a una compañía que restringe su dominio digital. Poner trabas a un líder en tecnología 5G minaría los beneficios económicos y sociales que de otro modo recaerían en los países que lancen esta tecnología antes. Mientras tanto, las leyes estadounidenses, incluidas la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (Foreign Intelligence Surveillance Act) y la Ley de Almacenamiento de las Comunicaciones (Stored Communications Act), modificada por la Ley CLOUD, facultan al gobierno de los Estados Unidos para obligar a las empresas de telecomunicaciones a proporcionar asistencia en su programa de vigilancia global, siempre y cuando la orden se encuadre dentro de una investigación que involucre la contrainteligencia o la lucha contra el terrorismo.

Los ataques dirigidos a Huawei son el resultado directo de que Washington se ha dado cuenta de que Estados Unidos se ha quedado atrás en el desarrollo de una tecnología estratégicamente importante. La campaña mundial contra Huawei tiene poco que ver con la seguridad y todo tiene que ver con el deseo de los Estados Unidos de eliminar a un competidor tecnológico en crecimiento.

El escritor es uno de los presidentes rotativos de Huawei Technologies.

Este artículo ha aparecido por primera vez en el Financial Times.